Hongos en el jardín

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Encontrar hongos comestibles en el jardín no es un evento excepcional, sin embargo hay que tener mucho cuidado y mucha precaución porque el peligro siempre está a la vuelta de la esquina. Si no eres capaz de reconocer un hongo comestible de uno venenoso, es mejor que desistas de recolectarlo y, sobre todo, de cocinarlo, porque los riesgos son muy altos.

La creencia, además, de que una vez transcurridas 24 horas de haberlos consumido, el peligro ya ha pasado es absolutamente engañosa ya que hay hongos cuyas toxinas pueden actuar incluso después de días, semanas, y en general son los que no dejan paso. fuera.

Si realmente no quieres prescindir de recogerlos para degustarlos, es bueno que contactes con la inspección mitológica de la Autoridad Sanitaria Local responsable de la zona, que sin duda es capaz de valorar si la seta es comestible o no.

Para ello, es bueno recogerlos y colocarlos en una caja de madera o plástico, como las que se usan en las tiendas de frutas y verduras, para que estén bien ventilados. Además, es necesario recolectar todo el hongo, ya que incluso un pequeño detalle o detalle puede detectar su naturaleza.

Las setas que se encuentran más fácilmente en el jardín son las uñas, la llamada buena familia (pero ojo, también está la mala familia) que se forman en las raíces de algunas plantas que inevitablemente se secarán como, por ejemplo, ejemplo, abedul, azaleas y muchos otros.

Otro hongo que se puede ver brotando en las áreas sombreadas del jardín es el Maza de tambor, un enorme hongo blanco, también comestible, pero que siempre hay que tenerlo en cuenta con la debida precaución.

En cualquier caso, es necesario asegurar la comestibilidad de las setas mediante controles en el Asl local.

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