Peluquería para perros y gatos: los mejores centros de tu ciudad

Tener una mascota, además de llenar de alegría la casa, requiere cuidados especiales, desde la alimentación hasta el manejo de la higiene. Precisamente por eso cobra importancia el grooming, término derivado de la lengua francesa que originalmente indica el arte del groomer de resaltar la belleza y elegancia del perro o gato que se le confía. Con el tiempo, el término se ha vuelto de uso común y establece la limpieza del animal al lavar y cortar el pelo.
El aseo de perros y gatos se diferencia según las razas, esto se debe a que cada tipo de pelo hace historia en sí mismo y debe tener un método de tratamiento diferente de acuerdo con sus características.
Hay cuatro tipos de aseo personal:
Baño y secado: el propio lavado del perro y gato con productos clínicamente testados y adecuados para la piel y el pelaje de nuestros amigos animales y el secado que normalmente se realiza con equipos específicos.
Tijera: este es el corte clásico del cabello.
Esquila: se esquila el pelo del perro o gato, respetando las necesidades estructurales del propio animal.
Stripping: es un tipo de aseo muy común y se practica exclusivamente en perros de pelo duro. Entre las razas que requieren este tipo de tratamiento se encuentran:
Perro salchicha de pelo duro
Fox terrier de pelo grueso
Schnauzer miniatura
Schnauzer mediano
Schnauzer gigante
Terrier escocés
Jack Russell Terrier de pelo duro

Llegados a este punto solo tenemos que darte unas pequeñas sugerencias por si tienes un gato que es muy difícil de manejar como puede serlo un persa.
El gato persa, gracias a un pelo muy espeso y aparentemente inmanejable, necesita muchos cuidados en cuanto a limpieza y por ello hay que lavarlo con mucha frecuencia en función del estilo de vida que se haya elegido para él. Si es un gato de exposición, habrá que lavarlo cada 15 días, si es un gato de interior, una vez cada dos meses es más que suficiente.
La advertencia a la hora de lavar al gato (y esto no solo para los persas) es acostumbrarse desde pequeño … lavarlo una vez al año se convertiría en todo un desafío. ¡Recuerda que soy felino!
Antes de afrontar el lavado real del gato, quita los nudos que normalmente se crean en el pelaje y luego pasa a la más clásica de las duchas. Colóquelo en la bañera o lavabo y mójelo con el rociador de ducha. La temperatura del agua debe rondar los 38,5 grados y luego se le dará forma al gato con productos adecuados para su ph y pelaje. Enjuague con sumo cuidado y escrupulosidad. Luego sécalo con un secador de pelo potente y silencioso, cepillando el pelo a contrapelo.
Cada gran centro urbano está dotado de estructuras especializadas para el acicalamiento de perros y gatos, pero siempre contamos con el mismo peluquero, esto para crear un vínculo de confianza muy importante para el éxito del acicalamiento: conocer bien al animal que se está tratando. de hecho, es una buena ventaja.

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