Crema de alcachofa de Jerusalén con patatas

Preparación de sopa de alcachofas y patatas de Jerusalén

Lavar las patatas en agua fría, secarlas, pelarlas y cortarlas en cubos o rodajas, luego cubrirlas con agua fría.

Lavar las alcachofas de Jerusalén, secarlas y pelarlas.

Córtelos en trozos pequeños.

Pon los trozos de alcachofa de Jerusalén en un bol, cúbrelos con agua fría y unas gotas de limón para evitar que se pongan negros.

Mientras tanto, en una cacerola, prepara el caldo de verduras o el caldo con el cubo de Knorr.

Limpiar la chalota, cortarla en rodajas muy finas y sofreírla en un cazo con un chorrito de aceite.

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Escurrimos las patatas y la alcachofa de Jerusalén, las añadimos al sofrito, las revuelve y las fríe unos minutos a fuego medio.

Desglasar con un poco de vino blanco, luego cubrir las patatas y las alcachofas de Jerusalén con el caldo hirviendo.
Cocine con la tapa puesta hasta que las patatas y las alcachofas de Jerusalén estén blandas. Si la mezcla está demasiado seca, agregue un poco más de caldo. El tiempo de cocción es de unos 30 minutos.
Prueba la cocción con las puntas del tenedor. Si están blandos, licuarlos con la licuadora.

Agrega unas cucharadas de crema de cocción, sazona con sal y continúa cocinando por otros 5 minutos, revolviendo con una cuchara de madera para evitar que la crema se pegue al fondo de la sartén.

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Corta la mota en cubos.

Coger una sartén con base antiadherente, añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra, dejar que se caliente y luego tostar la mota.

Verter la sopa en cuencos de cerámica, servirla caliente con unas semillas de sésamo, los trozos de mota dorada y decorar con hojas de perejil.

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Consejos y sugerencias

La sopa de alcachofas de Jerusalén es una receta ligera y sabrosa, perfecta para cualquier tipo de dieta.

También puedes servirlo con champiñones salteados y un chorrito de aceite crudo sin añadir patatas.

Si tiene ollas lo suficientemente grandes y profundas, entierre las pieles de alcachofa de Jerusalén. En la primavera siguiente tendrás hermosas plantas que en septiembre te regalarán flores parecidas a los girasoles y en otoño también podrás extraer las alcachofas de Jerusalén del suelo.

Información útil

La alcachofa de Jerusalén es un tubérculo con un sabor delicadamente dulce similar al de las patatas pero con menos calorías y muchas propiedades beneficiosas.

100 gramos de alcachofa de Jerusalén aportan solo 73 calorías.

La alcachofa de Jerusalén, Helianthus tuberosus, también conocida como nabo alemán o alcachofa de Jerusalén, es especialmente adecuada para los diabéticos como regulador natural de los niveles de glucosa en sangre.

Por la riqueza de fibras vegetales se recomienda para quienes padecen estreñimiento para el buen funcionamiento del intestino y por la ausencia de colesterol es bueno para los pacientes cardíacos y los que padecen arteriosclerosis. Debido al alto contenido de ácido fólico, el consumo de alcachofas de Jerusalén está especialmente recomendado para mujeres embarazadas.

Además, la alcachofa de Jerusalén contiene pequeñas cantidades de sustancias antioxidantes, como vitamina A, vitamina C y vitamina E, flavonoides y carotenoides, sustancias útiles para contrarrestar la acción de los radicales libres y, por tanto, importantes para prevenir el envejecimiento prematuro.

Finalmente, la alcachofa de Jerusalén es un tubérculo muy fácil de cultivar según la siguiente hoja:

Cultivo de alcachofa de Jerusalén.

Recetas de galería de fotos con alcachofas de Jerusalén

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